¡Amigos! lamento de verdad tener que sugerir que por las circunstancias de los tiempos adversos que corren, muchos se apresurasen en poner en tela de crítica a personas que aman con el alma y el corazón la divinidad de Cristo el Señor, que siendo el Dios de todo lo creado se hizo hombre como los demás (menos en el pecado) a fin de estar más cerca de sus hermanos los hombres.
Siendo crucificado en tiempos de Poncio Pilato por su propia voluntad para nuestra salvación, resucitando al tercer día de entre los muertos según la Santa Escritura, subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Porque para él todos viven no es Dios de muertos sino de vivos y su Reino no tendrá fin.
Este trance como dice la Escritura deberá ser Escalofriante y de hecho todos hemos de pasar por la gran criba. Aún estamos a tiempo.
Y como recordatorio y para reflexionar en el silencio de nuestra habitación quiero emitir uno de los artículos del buen amigo El P. Rafael Pardo que actualmente compagina la capellanía del Colegio Highlands de Madrid con las funciones de portavoz de la Congregación en España, que nos dice: “Si fuese a morir en una hora, ¿Qué le diría a quien más quiere? -Que la única cosa que merece la pena en la vida es vivir el amor a Jesucristo, que le abra su corazón a Él-.”